La música, como otras cosas, nunca va a substituir al trabajo dedicado de alguien que quiera desarrollarse psicológicamente, pero, en algunos casos puede ser un gran auxiliar para conseguir un poco de calma mental o cierta dirección. Recuerda: ni las velas, ni los colgajos, ni los saludos orientales van a cambiarte. Sólo son disfraces como cualquier otro. Piénsalo.